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Señales …

Rápido y preciso: vean este corto, está buenísimo.

Lo depresivo del cine Chileno y su futuro…

Pude rescatar de la casa de veraneo de un compañero, unas cuantas películas chilenas de este último tiempo y, que por diversas razones -poco tiempo en cartelera, poco tiempo en mi cartelera personal, etc- no había podido ver en la pantalla grande y bueno, aprovechando este tiempo de merecidas vacaciones, me decidí a verlas.

AfichelobuenodellorarLa primera película en ver fue  “Lo bueno de llorar” de Matías Bize (En la cama) que estrictamente no se si se podría catalogar como chilena, puesto que todo – a excepción del director, claro- es español.  La película girá en torno a una pareja, Vera y Alejandro, que terminan su relación e inician un tenso, inquieto e incómodo recorrido por Barcelona, el cual los lleva a diversas situaciones; una fiesta de cumpleaños, discusiones con vecinos, pero por sobre todo, a enterarse de verdades hasta entonces desconocidas. La película parte con un plano extra largo que realmente agota y con un silencio que parece  innecesario, puesto que se entiende, sin tanto accesorio, queVera y Alejandro ya no son pareja. De por si, el tema da para hacer película, de hecho el reciente estreno on-line chileno “Tanto tiempo” de Claudio Polgati es un claro ejemplo de ello, aunque claramente lo de Bize es algo mucho mas interpretativo, más implicito y hasta “depresivo” que lo de Polgati. Sin embargo, la película no trata de ser más, de llegar a un punto más allá, sus cerca de once días de producción, la obligan ceñirse al tiempo preciso que tuvo Bize para rodarla y nada más, aunque también hay que ser precisos al señalar que al ver una película de Bize uno sabe a lo que va.

Vaya sorpresa me lleve al ver la segunda de las películas, “199 recetas para ser feliz“, de Andrés Waissbluth (Los debutantes), puesto que las expectativas que me generé el año pasado en relación a la película – con podcast y campañas virales incluidas- fueron total y absolutamente diferentes a lo que me encontré al ver el flim. La película que se desarrolla en una acalorada Barcelona tiene muchos elementos dificiles de definir; Sandra (Andrea García-Huidobro) llega al departamento de Helena (Tamara Garea) y de su pareja Tomas (Pablo Macaya) y de ahí en mas la trama gira en torno a la muerte del pololo de Sandra, que a su vez es hermano de Helena y a la constante y obsesiva persecución que hace Tomás a Sandra. Los paisajes y la fotografía resaltan de muy buena forma, todo lo contrario a lo que recuerdo de “Vicky Cristina Barcelona” de Woody Allen, que es practicamente una película del SERNATUR español, al más puro estilo  “venga a conocer Barcelona”, por ende, se agradece que Waissbluth abusara del paisaje y entorno pero de forma moderada. Sin embargo a ratos, la película, cuando se va a disponer en avanzar, no avanza, cuando tiene la intecion de comenzar a transmitir algo, tampoco lo logra y todo termina en sepultarse con una voz en off demasiado “españolizada” recitando algunas de las 199 recetas para ser feliz. Como bonus track queda el trio que hacen los tres personajes casi al terminar la película y que era inminente desde los 20 minutos de avanzada ésta. A pesar de todo, la película es “digerible”, tiene elementos sobresalientes, como lo son las actuaciones (especialmente la de Macaya) y un soundtrack notable a cargo de Andrés valdivia y cía.

199 Recetas01

Finalmente, y luego de ver ambas películas -y recordar un poco “Tony Manero” de Larraín- me percaté que el cine chilensis está muy depress,m uy interiorizado, muy interpretativo, y es esto mismo -desde mi punto de vista personal- lo que hace que este tipo de películas lleven tan poca gente a las salas y en consencucia, esten poco tiempo en cartelera -una excepción es Tony Manero, pero vale recordar la campaña de prensa que se le hizo por su buen paso por el festival de Cannes. Y esto se corrobora al ver, que las películas chilenas mas vista son de comedia (Las tres relacionadas al Rumpy, “Sexo con Amor” y una excepción “Machucha” de Wood). Y entonces ¿La solución cuál es? … crear con urgencia un circuito de salas para este otro tipo de películas, las mal llamadas “cine arte”, antes que las eras del hielo y los harry potter se terminen por devorar todas las multisalas habidas y por haber. Mientras, me programo para ver las otras dos películas “rescatadas”: El brindis y Desierto Sur

Primer y último recuerdo

He decidido comenzar un nuevo blog. Creo que las nuevas etapas y circunstancias lo ameritan. Sin embargo, quiero partir el blog con una entrada antigua, que según los post dejados – que si bien, fueron pocos- me llevaron a pensar que el post no estaba malo y que dejo bastante conforme a los lectores. Probablemente, ninguno de los que escribio en esa entrada, vuelva a encontrar el blog y en consecuencia, vuelva a leer esta entrada, por lo mismo, quiero darme un gusto y  volver a publicarla, por la sensación que me produjeron a través de los mensajes dejados, pero por sobre todo, porque es acerca de un tema que me atrae en demasia: el cine.

Crónica: Tony Manero, primera función*

15.38hrs: Aburrido, decido escribir en una pequeña agenda amarilla, mientras espero que empiece -la que dicen- será la película chilena del año.

Pero esto comenzó cuando, luego de salir de clases y tomarme una radiografía, me doy cuenta que tengo tiempo suficiente para venir al Hoyts, tal como lo había estado planeando.

Llegué al cine a eso de las 15.20, la joven de la boletería, a la pregunta -¿Tony Manero a las 16.00?-, me responde: Quedan pocos asientos-… La verdad de las cosas, solo quería un ticket, así que no importaba mucho esa situación. Me entrega los tickets, miro; sala 14, tercer piso. Subo tranquilamente y me dirijo a la sala, entro y no hay nadie .. WTF!. Pense que me había equivocado, hasta que le pregunto (a una niña bastante linda (L)) que qué pasaba, qué por qué estaba vacio, me responde que todo está bien, que la sala estaba vacia porque aun era temprano y que si quería entraba -toda amorosa y linda ella-. Pero mejor decido ir al baño, total, estaba al lado de la sala. Salgo, raudo y veloz y nuevamente me acerco a esta la hermosa joven para preguntarle por los programas (del Sanfic), ella me responde que en informaciones están– o sea primer piso ¬¬ – la verdad, es que no sé que cara habré puesto, pero se ofreció a bajar a buscarlos, le pregunté si no le molestaba, -No, para nada, espérame- respondió sonriendo.

Cerca de cuatro minutos pasaron. Llega y entregándome uno, me dice -toma- (no sé, nuevamente, que cara habré puesto) y le doy las muchaaas gracias.

Entro a la sala, busco la mejor fila y butaca, me siento… deben por lo menos haber seis personas, yo incluido.

15.45hrs: Pasan por lo menos cinco minutos desde que estoy sentado, de golpe, entra mucha gente, la gran mayoría jóvenes de nos más de veinticinco, parece que todos se conocen… un grupo de cuatro se sienta a mi derecha, mientras, a la izquierda, una pareja de treintañeros lee La Tercera, página 51, ni idea lo que dice, una joven mujer adelante, también lee La Tercera, y por lo menos, otro puñado de gente hace lo mismo -¿la habrán estado regalando?- probablemente.

15.53hrs: La sala esta casi llena y sigue entrando gente, se tendrán que sentar en los asientos delanteros o en su defecto, en la popularmente conocida fila de los cacheros. Hay muchos puestos reservados, entra gente y otros ya sentados les hacen gestos, desde lo alto, para que vayan hacia ellos. A todo esto, un alivio… no ya no lo es, justo atrás hay una pareja con un enorme balde, lleno de popcorn, qué desagrado, el olor y el ruido son -a lo menos- molestos, ojalá se les caigan o se los coman rápido, aunque por el bien de los espectadores de más tarde y por la señora que limpia, ojalá suceda lo último.

El tipo de la izquierda dejó de leer el diario en la página 51, lo cambió por el programa del festival -y que posiblemente le haya pasado la bella jov de la entrada- y comenta sus próximas películas a ver.

16.03hrs: Sigue entrando gente, como por puñados, el mal del chileno, la impuntualidad.

16.07hrs: Entró un mar de gente, los asientos de adelante -si, esos planos y en los que uno queda, prácticamente con tortícolis- están, en su mayoría, ocupados. Mientas entra la gente, una mujer, desde la entrada toma cuatro fotos, dos hacia arriba -el flash me dejo viendo manchas por 5 segundos- y dos hacia abajo. Hay bullicio y olor a popshhcornn.

16.10hrs: Apagan las luces, comienza la proyección.

Me di cuenta que hay gran expectación por la película, pero también me di cuenta, que no hay como escribir escuchando Röyksopp.

*Escrito en la sala 14 del Hoyts La Reina, mientras esperaba que comenzará Tony Manero, en su primera exhibición abierta al público, en el marco del festival SANFIC 2008